Por Jonah McKeown. Fuente: Aciprensa.com
Miles de personas abarrotaron las calles de Indianápolis el sábado 20 de julio para participar en una multitudinaria procesión eucarística de una milla (1.6 kilómetros) desde el Indiana Convention Center hasta el Indiana War Memorial, llevando el Avivamiento Eucarístico Nacional a las calles, en la muestra más pública de devoción y unidad del evento de cinco días de duración.
Católicos jóvenes y mayores vieron pasar a Jesús y se unieron a la procesión a su paso. Sacerdotes, obispos, seminaristas, religiosos hombres y mujeres, y muchas familias con sus hijos hicieron el recorrido, así como un numeroso grupo de niños que acababan de hacer la Primera Comunión.
La Eucaristía, colocada en una custodia dorada bendecida por el Papa, avanzó a bordo de un remolque especial, acompañada por el Obispo de Crookston (Minnesota), Mons. Andrew Cozzens, y el Arzobispo de Indianápolis, Mons. Charles Thompson.
Las personas que llenaban las calles se arrodillaban al paso de la Eucaristía y algunos himnos espontáneos fueron entonados durante la procesión.
Este ha sido el momento más intenso del cuarto día del Congreso Eucarístico Nacional, un acontecimiento histórico, el primero de este tipo que se celebra en Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.
Se calcula que unas 50.000 personas llegaron a Indianápolis desde el miércoles para asistir a liturgias, charlas, adoración eucarística y convivencia con otros católicos.
Fruto del proyecto de varios años de los obispos católicos de Estados Unidos sobre el Avivamiento eucarístico, el Congreso busca consolidar a los católicos en su fe y en su amor a la Eucaristía, como preparación para un año especial de misión en todo el país.
Cuando la custodia llegó al Indiana War Memorial, Mons. Cozzens, que ha lideradoel Avivamiento Eucarístico, rezó ante Cristo. Los asistentes que habían caminado con la procesión inundaron, de rodillas, la gran explanada verde ante el monumento.
“Te damos gracias por las muchas gracias que has derramado sobre nosotros. Jesús, derrámalas en toda nuestra tierra, en todo nuestro mundo. Jesús, sabemos que la procesión que hicimos hoy, es un símbolo, un signo de nuestra peregrinación terrenal, y no ha terminado”, dijo el prelado.
“Y esta procesión, tal vez la más grande en nuestro país en décadas, es todavía demasiado pequeña. Hay millones de personas en nuestras propias ciudades, en nuestras propias diócesis que todavía no te conocen”, rezó el obispo Cozzens.
“Tantos no te conocen. Tantos no han oído hablar de tu amor. Sabemos que quieres que todos los pueblos, todas las naciones, se unan a esta procesión. Sabemos que quieres que todos te sigan. Y Jesús, caminaremos con ellos. Jesús, tráelos a nosotros. Queremos caminar con ellos hacia ti, Jesús”.
El Congreso se clausurará este domingo 21 de julio con una Misa celebrada por el Cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización del Vaticano, nombrado por el Papa Francisco como su enviado especial para este evento.
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