Los primeros días del pontificado del PAPA León XIV han sido de un derroche mediático en centimetraje de prensa y redes sociales, un poco como reflejo de la contemporaneidad de la comunicación digital.
Sin embargo, un elemento que podría pasar desapercibido — por la vorágine mediática — es el compromiso del papa Prevost por la unidad, y vaya que no es poca cosa, es una línea de acción ya trazada, un leitmotiv que tiene raíces profundas en su pensamiento teológico, en su carisma religioso, y en su acción pastoral.
Las Congregaciones Generales, que precedieron al Cónclave, tuvieron como tema la unidad en la iglesia, al menos en los briefing de prensa hay mención específicas en las reuniones de los cardenales VII, VIII, IX, X, y XII, es decir, un tema y exigencia recurrente.
Un reflejo de esa insistencia sobre la unidad y la comunión fueron las palabras expresadas por el cardenal Re en la concelebración del 07 de mayo, una alusión directa al lenguaje de papa Francisco y la autorreferencialidad tan combatida, y la referencia no citada de la Novo Millenio Ineunte (2000), de Juan Pablo II (NMI, 43).
La frase del escudo, un programa de pontificado

Desde todo este panorama es posible comprender la elección de Prevost, que no entró en el juego mediático y teórico de la élite ilustrada como papable u outsider, sino como el secreto mejor guardado en el corazón de los cardenales, que no tardaron mucho en ponerse de acuerdo, con un resultado que evidencia el amplio consenso.
Sin embargo, la idea del texto es poder vislumbrar las razones por las que la unidad será la bandera levantada por el papa León XIV, en un mundo de división, desencuentros, polarización y extremos ideológicos.
La mayor pista se encuentra en su escudo y lema papal, con la alegre expresión: ‘In Illo uno unum’. El obispo Prevost, en una entrevista publicada en el medio Perú Católico, el 08 de mayo de 2020, — cinco años antes de su elección como papa —, explicaba las razones del frase escogida para su ministerio episcopal, y que sintetiza el mensaje de su escudo:
“La frase en Latín, ‘In Illo uno unum’ son una abreviación de una frase de un sermón de san Agustín (Sobre el salmo 127): ‘NOS MULTI IN ILLO UNO UNUM’, que podemos traducir ‘aun siendo muchos, en el único Cristo, todos somos uno’. Escogí este lema porque encuentro gran importancia en la misión del obispo de promover auténtica unidad entre todos los fieles, todos los grupos, y que esta unidad puede lograrse solo cuando vivimos la verdadera comunión en Cristo. Es importante comprender esto. Unidad no es uniformidad. El cuerpo tiene muchos miembros. Hay muchos carismas en la Iglesia. Pero uno solo es Cristo, y todos estamos llamados a vivir en la comunión del Cuerpo de Cristo”.
Desde Roma, el empeño por la unidad
Así mismo, en el saludo dirigido en el Consistorio de septiembre del año 2023 cuando fue creado cardenal, Prevost esbozó esta idea contraria de la uniformidad, en el contexto del Sínodo sobre la sinodalidad: “Debemos comprender cada vez más que la Iglesia sólo lo es plenamente cuando escucha verdaderamente, cuando camina como Nuevo Pueblo de Dios en su maravillosa diversidad”.
En el texto con el que el Vaticano anuncia el lema de León XIV hay también a una referencia en los medios oficiales en las que explicaba el mensaje:
“Como se desprende de mi lema episcopal, la unidad y la comunión forman parte del carisma de la Orden de San Agustín y también de mi forma de actuar y pensar. Creo que es fundamental promover la comunión en la Iglesia, y sabemos bien que comunión, participación y misión son las tres palabras clave del Sínodo. Por lo tanto, como agustino, para mí promover la unidad y la comunión es fundamental. San Agustín habla mucho de la unidad en la Iglesia y de la necesidad de vivirla”.
Por ello, antes de perder el tiempo en comparaciones, similitudes, diferencias o tantas cosas que se verán como nuevas en el pontificado, una comprensión sobre la profundidad del mensaje, pues la unidad en la Iglesia no solo recae en el papa, no es solo responsabilidad del Sucesor de Pedro, ni siquiera de los obispos y consagrados, sino todo el pueblo de Dios, si, de todos, todos, todos.
Deseo que nació del mismo corazón de Jesús en la última cena, como testamento de vida hacia el futuro: “Padre, que todos sean uno” (Jn, 17, 21).
Por Rixio G Portillo Ríos. Profesor e investigador de la Universidad de Monterrey.
Foto: Vatican Media. Fuente: Vidanuevadigital.com



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