Fuente: Religiondigital.org
El respeto a la dignidad de la persona contemplando la realidad y la historia. Es la base que propone la Conferencia episcopal puertorriqueña para el discernimiento que cada ciudadano debe realizar antes de decidir a los candidatos más idóneos para conducir la nación en los próximos cuatro años
Los comicios para las primarias a gobernador serán el próximo domingo 2 de junio, mientras las elecciones generales están previstas para el 5 de noviembre 2024
«No se puede decidir bien si el análisis se simplifica; si se reduce a actitudes de mero fanatismo, a eslóganes de publicidad», indican
Los obispos reiteran que «saber discernir para decidir bien, supone el respeto supremo hacia las personas»
La protección de la niñez desde el vientre materno, de los adultos vulnerables, de las mujeres, especialmente víctimas de violencia de género, y de la familia; la dramática situación de violencia y tráfico de drogas, la falta de asistencia sanitaria, la pobreza creciente, las dificultades en la educación pública, el acceso a la vivienda y la galopante corrupción en el gobierno, son solo algunos de los “problemas apremiantes” que exigen una rápida solución en el país, y sobre los cuales los obispos de la Conferencia episcopal de Puerto Rico piden a los ciudadanos un profundo discernimiento antes de decidir su voto, en las próximas elecciones generales en la isla borinqueña.
“Para decidir correctamente hay que ejercer el discernimiento, contemplando a profundidad la realidad y la historia”, plantea el Mensaje pastoral de los obispos puertorriqueños titulado “Discernir para decidir”, en el que subrayan “las graves implicaciones” que surgen en un proceso electoral ante la compleja realidad de la nación.
Los puertorriqueños están convocados a participar, el próximo domingo 2 de junio en las elecciones primarias y el 5 de noviembre próximo – en coincidencia con las elecciones presidenciales en Estados Unidos-, en los comicios generales en la isla para elegir a gobernador de Puerto Rico, al comisionado residente, el Senado, la Cámara de Representantes y los alcaldes de los 78 municipios para el cuatrienio que transcurre desde el comienzo del 2025 hasta el 2029.
Más allá de los fanatismos y eslóganes
“No se puede decidir bien si el análisis se simplifica; si se reduce a actitudes de mero fanatismo, a eslóganes de publicidad; a rechazar, no con verdaderas razones sino por mera ideología o sentimientos de repulsa a las propuestas de los otros pues no se trata “opositores” sino de los diferentes candidatos y candidatas”.
Los obispos reiteran que “saber discernir para decidir bien, supone el respeto supremo hacia las personas”. En otras palabras, el debate debe ser de ideas que brotan de la realidad y no de personalismos. “Priorizar la dignidad esencial de cada ser humano – afirman -nos impondrá un respeto sagrado hacia los demás. Llevará́ a elevar el nivel del diálogo y los debates” por encima de los insultos y descalificaciones.
Preguntas para el discernimiento
Partiendo de la comunidad modelo que plantea Jesús, con un nuevo estilo de relaciones humanas, donde la experiencia de “horizontalidad” en la hermandad, hace que nadie sea superior y que “quien aspire a ser el más grande, se ha de volver el servidor de todos”, los obispos recuerdan que en esta nueva óptica se deben escoger a quienes serán los “ hacedores de leyes u ordenanzas (legisladores), tanto a nivel estatal como municipal, ya que deberían reflejar los valores más profundos del puertorriqueño, como el amor y respeto por la vida, la dignidad de cada persona, el sentido de trascendencia, de hermandad, de acogida y de paz. De allí las preguntas que ayudarán al discernimiento:
“¿Aspira cada candidato o candidata a vivir e impulsar ese cúmulo de valores? ¿Cuáles son sus verdaderos intereses? ¿Estarían dispuestos a legislar o gobernar sin infringir la libertad de culto y la separacióń de Iglesia y Estado? Discernir implica hacernos esas preguntas sobre cada plataforma o plan de gobierno, y sobre cada candidato o candidata”.
En este contexto, los pastores de Puerto Rico invitan a los electores y candidatos a repasar estos valores “detenidamente” antes de hablar en público y privado, antes de dirigirse a cualquier “contrincante”, y, por supuesto, antes de ejercer el derecho al voto. Y agregan que, practicando el respeto, la tolerancia y la cordialidad, se lograra gobernar a la nación conforme al principio del bien común y la convivencia social.
¿Para qué votar?
El mensaje del episcopado puertorriqueño enfatiza que se necesitan lideres políticos que no ofrezcan diagnósticos ni soluciones simplistas o parciales a los complejos problemas de una sociedad que está anegada en el consumismo y en la dependencia colonial. Se necesitan – aseguran – abordajes holísticos, sistémicos e integrales, si se quieren lograr soluciones verdaderas. De allí la pregunta: Votar, ¿para qué? Además de ser una obligación moral -explican – se debe exigir a quienes se ofrezcan para asumir el servicio público que lo hagan para atender con especial dedicación a los necesitados.
“No debemos perder nuestro sentido de urgencia para con los que sufren, y es un deber identificar quiénes colaborarán entre sí,́ más allá́ de líneas partidistas, para encontrar soluciones auténticas y profundas. Buscar soluciones, aunque incluso representen sacrificios en algúń momento para todos y empeñarse en eso más que en pretender sobresalir en las encuestas de opinión. El objeto o meta de la política debe ser el bien real del pueblo y no los puestos de liderato, mucho menos los beneficios económicos que puedan derivar de alcanzar un cargo en el gobierno”.
Bajar los decibeles de la campaña
Los obispos también recuerdan que la elección debe ir más allá de la mera expresión del estribillo de una campaña, de anuncios o imágenes bullangueras y alegres porque “no se puede decidir bien si nos aturde el ruido. Discernir es concentrar todos los sentidos, la mente y la voluntad, para que aparezca la luz de un nuevo entendimiento”.
«Detengámonos, bajemos los “decibeles” del ruido que nos abruma, leamos las propuestas con detenimiento, preguntemos, informémonos a fondo, dialoguemos serenamente, y, sí́, hagamos oración pidiendo al Espíritu Santo el don del discernimiento…»
“Sin pretender renunciar al estilo entusiasta de nuestra cultura, exhortamos a todos a que en las campañas publicitarias sospechemos de los montajes rodeados de euforiay de sus meras apariencias triunfalistas (…) Detengámonos, bajemos los “decibeles” del ruido que nos abruma, leamos las propuestas con detenimiento, preguntemos, informémonos a fondo, dialoguemos serenamente, y, sí́, hagamos oración pidiendo al Espíritu Santo el don del discernimiento…
La Iglesia no favorece a ningún partido
Tras aclarar que la Iglesia reconoce la autonomía de las realidades políticas y la necesaria separacióń entre la Iglesia como institución y los regímenes y partidos políticos concretos, los obispos recuerdan que laicos retienen su legítimo derecho, civil y canónico, de hacer sus propuestas políticas, siempre teniendo en cuenta la primacía de la defensa de la dignidad de la persona humana, y el bien común como principio fundante de la vida política.
“En consecuencia, ningún clérigo tiene autorización para hacer propaganda -o proponer votar a favor de- un candidato o agrupación partidista, tampoco está autorizado a asumir puestos con quienes resulten electos, aunque sean voluntarios, con excepción de loscapellanes oficiales”.
El mensaje de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico concluye enfatizando la importancia y nobleza del quehacer político e invitando a los votantes y candidatos a establecer un diálogo genuino y respetuoso, un discernimiento sereno y profundo y una apertura autentica al bien común, a la audacia de la creatividad y solidaridad que exige nuestra Patria en estos tiempos difíciles”.
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